miércoles, 16 de febrero de 2011

Quebrada de Córdoba


Este lugar no es un simple accidente topográfico ni una curiosidad  de nuestra geografía, en realidad es un sobreviviente de nuestra historia natural más temprana, un vestigio del que fue nuestro primer bosque nativo, un bosque mucho más antiguo que el que hoy se extiende al sur del Bío-Bío

Es un excepcional remanente del casi desaparecido bosque de la zona central, una comunidad de origen neotropical poco tolerante a las sequías de nuestros actuales veranos y refugiada, al borde mismo de la extinción, en algunas escasas quebradas que miran al mar. Es la humedad, tanto aquella que viene con la brisa marina como la que aporta el estero y que se conserva  gracias a la umbría de un profundo cañón, ella le confiere al lugar una condición excepcional en estas latitudes, la de ser, a la vez, cálido, húmedo y estable. Un perfecto invernadero, muy diferente a la lluvia fría y ventosa del sur del país y a los veranos secos del interior de la zona central.

Es un valioso elemento de nuestro patrimonio natural y el pequeño tamaño de sus bosques y su condición deteriorada, tanto por causas naturales como humanas no la desvaloriza sino, por el contrario, la vuelve aún más importante. Tenemos por delante el desafío de mantenerla como testimonio de nuestro pasado y como muestra de respeto por nuestro entorno.

Mantener viva la Quebrada de Córdoba por su potente y dinámico sentido de identidad e historia nacional, es nuestro desafío: Junta de Vecinos Altos de Córdoba, CPA Escuela El Totoral, CPA Escuela de Lenguaje Jardín del Mar, Asociación Quebrada de Córdoba, Asociación Indígena Llanca-Lafken, Ateneo Litoral de los Poetas.

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