miércoles, 16 de febrero de 2011

De la Historia De Chile, relato...


Relato recopilado por María Asunción Reyes de la Huerta que habla de la cultura de antiguos habitantes de la Quebrada de Córdoba según le contara un anciano indígena descendiente de familias adscritas al Complejo Cultural Llolleo en el período Alfarero Temprano, 100 al 900 DC.

Desde el inicio de nuestro tiempo, hace muchos siglos, nuestra gente, etnia le llaman los foráneos, también, pueblos originarios, los exóticos… cédame seguir diciendo nuestra gente… nuestra gente ha convivido con vecinos de formas de vida absolutamente opuestas a las nuestras.

En algunas ocasiones hemos ignorado sus costumbres, en otros casos hemos  tenido un mano a mano con ellos, con algunos hicimos figura y con otros nos hemos terciado, también nos hemos entremetido y, por cierto, con otros nos hemos influido mutuamente.  

Estamos hablando de ayudar, cooperar, apoyar, y también presionar, apremiar, acosar, perseguir, coartar, embaucar, importunar.

Hemos vivido épocas de desamparo, abandono, desprecio. Y, ciclos de libertad, honor y gloria, momentos dignos, instantes de duelo, épocas de amor y etapas de vergüenza.

Con todo, para evitar la extinción, y dejar huella, nos hemos visto obligados a aceptar cambios, luchando por mantener una parte importante de nuestras propias formas de vida, maneras de celebrar, modos de trabajar y estilos de recordar, para evitar hacer añicos nuestras costumbres, tradiciones y cultura.

Esa ha sido nuestra vida, luchar contra el desarraigo y el escaso valor que tiene nuestro modo de vida para aquellos que antes y ahora pretenden ocupar nuestra tierra, dominar a nuestra gente y colonizar nuestra cultura que ama la medicina natural, el sosiego, la paz, la vida, la rectitud, la generosidad, la artesanía y desdeña la violencia, el robo, la usura y el vandalismo.  

Somos la continuación de hombres y mujeres que pisaron desde antiguo este territorio que usted hoy visita y representamos una manera distinta de ver y vivir el mundo.

Déjennos vivir, nuestras puertas están abiertas para aprender y disfrutar, somos parte de sus relatos de vida donde yace de modo profundo nuestra historia, somos depositarios de sus raíces, somos narración y obra con afinidad a lo útil y lo gratuito, somos una capa consistente de valores acumulados que sobrevive en medio de bosques que no saben de estrés, ruido ni contaminación.

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