La complejidad de todas relación humana es un hecho que la experiencia ha comprobado y, si bien en un comienzo todo parece perfecto, en algún momento surgirán dificultades, problemas y conflictos, por ello es conveniente reflexionar sobre algunos actos y casualidades que nos ayudaran a entender el problema y resolver la dificultad.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que las diferencias de opinión y, las dificultades, problemas y conflictos son parte de la relación, debido a que se trata de dos personas distintas, que aún cuando se amen profundamente, esto no los transforma en un sólo ser.
Una relación sana no es aquella en la cual la dificultad es inexistente, donde todo es perfecto y jamás se está en desacuerdo. Si fuera así, lo más probable es que existan problemas y dificultades que uno de ellos o la pareja evita enfrentar, y esto es indicio de una relación inmadura; numerosas personas aún piensan que ante el más mínimo desacuerdo todo podría derrumbarse rompiendo la relación que se anhela mantener.
Una pareja es una relación de dos, y ideal es que se base no sólo en el amor mutuo, si no, también en un respeto por la pareja, en lo esta piensa y siente; también es trascendental el apoyo recíproco, estableciendo metas y planes en conjunto y por separado, haciendo que la relación se fortalezca.
Y, ¿cuáles son los principales riesgos que se presentan en la convivencia?
ESTILOS FAMILIARES
Hay familias muy aglutinadas, vale decir todo lo hacen juntos, la privacidad es algo menor y su fortaleza está dada por la unión. Por otro lado están las familias desligadas en donde se valora muchísimo el sentido de independencia, privacidad y auto valencia.
Y, una de las principales dificultades que se produce en pareja es cuando esta compuesta por un miembro de cada estilo donde lo importante para uno, no lo es para el otro, las muestras de cariño son distintas y la forma de comunicarse y demostrarse afecto no sólo son disímiles, también contradictorias entre si.
CELEBRACIONES
Otro de los inconvenientes que se produce habitualmente al interior de una relación tiene directa conexión con las festividades, desde que se debe o no celebrar, hasta el cómo y dónde.
El primer problema tiene que ver con lo que cada uno considera relevante; el segundo, con el cómo se celebra, que corresponde a las tradiciones de cada uno; y el tercero, con el quien: solos, con amigos, sin familia, con familia, con cual de las dos familias, etc.
EXPECTATIVAS
Si bien es normal tener expectativas sobre lo que será la relación y de cómo se desea que ella esté, estas pueden se complican si la expectativa es demasiada alta, inalcanzable, sobrevaluada o determinante, sin que se las pueda modificar o adecuar a la realidad.
Por ello, es importante considerar que la pareja y la relación en sí son reales, nacen, existen, viven; no son productos de mi imaginación diseñados para mi satisfacción, razón por lo cual son imposibles de controlar o determinar.
COMPARACIONES
Cada relación es única e irrepetible, lo peor que se puede hacer en la pareja es compararla con otra, no existen mejores o peores formas de ser pareja. Cada relación es valiosa y única, en el momento en el que se esta viviendo, por ello nunca la compare con la anterior ni con otras que conozca.
Si hacen modificaciones y ojo que dije hacen, porque es un trabajo de equipo, que la modificación sea porque es un requerimiento de los integrantes y no por parecerse a otra relación.
RUTINAS
Si bien es inevitable establecer rutinas, estas no deben incluir la rama de los afectos y su demostración.
La mayor queja remite al ámbito de la pérdida del romanticismo y la conquista. Una solución a considerar es sorprender a la pareja, cambiar escenarios o de encuentros, entre otras cosas.
COSTUMBRES
En el cotidiano, los detalles, lo habitual, es un tema. Desde el cómo cada cual despierta, hasta la forma de comer, dormir, etc. El poner acuerdos mutuos y tolerancia son claves para una convivencia diaria y grata para ambos.
MODOS DE ENFRENTAR LAS DIFICULTADES
Para que la pareja se entienda, el dialogo es esencial y, entender que todo es absolutamente conversable. Una discusión, una dificultad, no tiene porque ser negativa; puede ser una gran oportunidad, lo importante es mantener la calma, no sentirse amenazado por quien tiene la razón o sentirse atacado. Por el contrario, mirar cada dificultad y conversación como una posibilidad de conocimiento y fortalecimiento de la relación.
CAMBIOS
A veces, transcurrido un tiempo viviendo la relación, se descubre que la pareja no es la misma de antes. Le molestan cosas que antes no, o que requiere de nuevas. Es normal, las personas van cambiando día a día y por ende lo estimado como necesario cambia. Interesa entonces actualizar la información, si bien usted puede conocer a su pareja, lo importante radica en el reconocimiento, en volver a ver la persona que está a su lado y así incorporar aspectos nuevos. No suceda que un día despierte con alguien que no conoce.
EL AQUÍ Y EL AHORA
Cada vez que se presenta una dificultad, por pequeña que sea, es importante expresarla o aclararla en el momento, en caso contrario, estas se acumulan y, en una posterior discusión se termina mencionando una bola gigante de quejas y reclamos acumulados. De la misma forma, bastará una pequeña e insignificante razón para empezar a discutir, ya que existen demasiados malestares sin resolver.
LO ELEMENTAL, INDISCUTIBLE Y FEHACIENTE
Un trascendental problema en la relación es pensar que algo es obvio. La pareja no es adivina, por lo cual comunicarse, decir lo que molesta o gusta, es un imperativo. Una simple conversación ahorra malos ratos y decepciones. Ahora bien como, todo hasta el silencio es una forma de comunicación, es bueno atender a estos, darnos cuenta de las expresiones no verbales, de lo que pasa con la pareja y consigo mismo frente a ciertas situaciones, la clave es estar atentos y expresarse luego lo más claro posible.
Y, ¿cuáles son las principales fortalezas que se presenta en la convivencia?
Palabras claves: amor, respeto, confianza y reconocimiento mutuo.
