miércoles, 16 de febrero de 2011

Lecciones periodísticas y desafíos ciudadanos


Los herederos de Camilo Henríquez conocen bien la historia de este importante escritor de los primeros periódicos de Sudamérica y, en particular, conocen y comparte su proclama del 6 de enero que promueve la independencia chilena y la libertad social: 

"Vosotros no sois esclavos: ninguno puede mandaros contra vuestra voluntad. ¿Recibió alguno patentes del cielo que acrediten que debe mandaros? La naturaleza nos hizo iguales, y solamente en fuerza de un pacto libre, espontáneo y vo­luntariamente celebrado, puede otro hombre ejercer sobre nosotros una autoridad justa, legítima y razonable. Más no hay memoria de que hubiese habido entre nosotros un pacto semejante. Tampoco lo celebraron nuestros padres . . . Estaba, pues, escrito, ¡oh pueblos!, en los libros de los eternos destinos, que fueseis libres y venturosos por la influencia de una Constitución vigorosa y un código de leyes sabias; que tuvieseis un tiempo, como lo han tenido y tendrán todas las naciones, de esplendor y de grandeza; que ocupaseis un lugar ilustre en la his­toria del mundo, y que se dijese algún día: la República, la poten­cia de Chile, la majestad del pueblo chileno." Proclama de Quirino Lemáchez, seudónimo creado con un anagrama de su nombre y puesta en circulación el año 1811

Con la llegada de la imprenta al país en 1811, nuestro sacerdote y héroe de la independencia funda en 1812 el primer periódico de esta nueva nación independiente. Con su aparición, el pueblo chileno pudo conocer los ideales republicanos de este periodista, escritor y político, lo cual se evidenció desde el primer número cuando señala el norte de La Aurora de Chile: “construir los valores de la nueva nación chilena y conformar su identidad”.

Que notable y extraordinaria tarea dejó; notable porque los valores y la identidad se construyen día a día,  extraordinaria pues el papel de la prensa, y de todos nosotros,  es controlar el poder, sujetarlo, recordarle que no puede hacer cualquier cosa, la prensa y quienes escucharon el mensaje, y se mantienen libres y venturosos, están para servir a los gobernados, no al gobierno.

Camilo Henríquez, una persona disciplinada y bastante rigurosa en su método de creación, radicalmente sencilla y afectuosa, calidamente humana y alentadora, de gran audacia y sutileza intelectual, ejemplar por su claridad y por su caridad de mente y corazón, habituada a traspasar conocimientos con inteligencia y lecciones de vida, es ejemplo de periodismo comprometido y de vida digna de ser vivida.

Invitamos a dialogar sobre el tema, acérquese, comparta sus intereses, sueños y esperanzas, como parte de una comunidad que desea trabajar cada día más por el futuro: sus hijas, hijos, nietos, nietas. Un afectuoso abrazo.

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