domingo, 13 de marzo de 2011

Medio Ambiente y Cambio Climático


Durante miles de millones de años el planeta y la biosfera han estado cambiando. Esto ha sido así desde mucho antes de la aparición de nuestra especie, pero lo nuevo es que el cambio actual está ocurriendo muy rápido, desde el punto de vista de la capacidad de respuesta del sistema y, muy importante, es precisamente el hombre quien lo genera. 

En el pasado, la especie humana fue más bien receptora de los cambios sobre el planeta y debió adaptarse a ellos, ahora está produciendo modificaciones, y éstas son tan vastas y profundas que apenas somos capaces de comprenderlas. Lo más preocupante es que las modificaciones son cada vez más frecuentes.

Es vital notar que la creación de alimentos y otros bienes para nuestra especie sólo ocurre por transformación de los recursos existentes, generalmente, la producción de alimentos, fibras y sustancias que requerimos para nuestra existencia implica una simplificación de los ecosistemas. Además, nuestra especie vierte sus residuos al ambiente, convencidos que la naturaleza reciclará el desperdicio y lo transformará en materias primas. 

Con propósito de rectificación, siete planteles educativos plantan lo que será un bosque nativo, un ecosistema natural regenerado por sucesión natural que se caracteriza por la presencia de árboles de diferentes especies autóctonas del país y, debido a la diversidad de climas que se presentan en nuestra geografía, tenemos una enorme variedad de bosque nativo, el cual recibe los embates de la acción destructora del hombre.

En el norte, I y II región, el tamarugo crece en un clima desértico, luego está el bosque esclerófilo, distribuido de la IV a la VIII región y surtido por especies nativas: boldo, canelo, espino, quillay, que se desarrollan en un clima mediterráneo; en ese clima pero sólo en la cordillera de la costa de la V y VI región, la palma chilena; en la V región, crece arrayán, avellano, boldo, canelo, espino, hualo, lingue, litre, maitén, mañío, olivillo, patagua, peumo, pitao, queule, quillay, radal, raulí, roble. ¿Qué hacer? Resguardar el patrimonio ambiental.

Según el escrito Catastro y Evaluación de los Recursos Vegetacionales de Chile (CONAF/CONAMA 1999) en el país existen 33,8 millones de hectáreas de aptitud forestal, de ellas 15,7 millones son bosques y la mayoría de esa superficie es bosque nativo con 13,4 millones de hectáreas; y, un elemento siempre central en el tema del bosque nativo es el de su mantención, conservación y regeneración.

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